1. Abre las pechugas por la mitad para que queden más grandes.
2. En un bowl mezcla un huevo, queso rallado, orégano y ajo. Esto quedará como una pasta espesa.
3. Después, unta las pechugas de pollo con esta pasta tratando de no llegar a los bordes.
4. Rellena todas las ciruelas con una o dos almendras.
5. Coloca las ciruelas en el centro de cada pechuga abierta (siguiendo la “línea” del centro de la pechuga) y después enrolla las pechugas de pollo y ciérralas con ayuda de palillos.
6. Ata las pechugas de pollo con hilo para que durante la cocción no pierdan su forma y coloca las pechugas en una bandeja pinceladas con un poco de mantequilla.
7. Cocina en horno a una temperatura media durante media hora.
8. Para preparar la salsa de vino, disuelve el almidón de maíz en un caldo frío de los restos del pollo junto con verduras. Calienta el vino tinto junto con el azúcar, añade el caldo y revuelve a fuego bajo hasta que la salsa espese.