Pela las zanahorias y córtalas al bies en rodajas gruesas, así se consigue que después de pasar por la parrilla el interior todavía esté un poco crujiente.
Pon la parrilla a calentar con un poco de aceite de oliva virgen extra y las zanahorias poniéndolas bien extendidas, que no se monten unas rodajas sobre otras, y márcalas bien por los dos lados, salpimentadas al gusto.
Limpia los dientes de ajo y pícalos, no muy pequeños, pela el jengibre y rállalo.
Pon una sartén a calentar, con un poco de aceite de oliva virgen extra, y saltea el ajo con el jengibre rallado a fuego medio, para que éste no se queme. Salpimienta al gusto.
Prepara las pechugas de pollo, puedes abrirlas en mariposa si quieres que se hagan más rápido y de forma más homogénea con un poco de aceite de oliva, lo ideal es no excederse para que no queden secas. Puedes poner un poco de sal mientras se cocinan.
Sirve las zanahorias a la parrilla, coloca encima la pechuga de pollo y sobre ésta, los escapos de ajo con el aceite que haya quedado en la sartén. Finalmente, espolvorea queso parmesano y sirve enseguida. ¡Buen provecho!
Disfruta con tu familia una deliciosa receta.